Corría el año 2001 y este policía gozaba de una "licencia psiquiátrica". Esa supuesta enfermdad mental le permitía manejar full time la agencia Tres Ases, junto a dos colegas de pocos escrúpulos, como él. Montado en su soberbia, se ufanaba en público de haber "limpiado" una zona de quintas del conurbano de "pibes chorros". Fue condenado a veinte años de prisión.