Universidad, instituciones vinculadas al desarrollo productivo, cooperativas, empresas y Estado llevan adelante diferentes líneas de investigación que utilizan hongos entomopatógenos -capaz de causar enfermedad al insecto plaga- como insumos para la fabricación de bioinsecticidas que sirvan para, en un futuro no muy lejano, reemplazar por completo el uso de agrotóxicos en las plantaciones.