La medida se aleja de la tradición adoptada tras la Segunda Guerra mundial y lleva el gasto en Defensa a un 2% del PBI hasta 2027. Busca obtener capacidad de ataques preventivos y de desarrollar misiles dentro de unos años, con el objetivo de contrarrestar el poderío militar chino y hacer frente a la amenaza de Corea del Norte y Rusia.