En 2016 un guardia descubrió flotando el cuerpo de un hombre en la Costanera Sur. Nunca pudieron identificarlo ni nadie lo reclamó, por lo que la causa fue archivada. Tenía rasgos orientales, tatuaje tribal y piedras en los bolsillos. Tampoco se pudo establecer si lo mataron o se suicidó. Un enigma que ya lleva cinco años.